Palabras del curador

La introducción a la muestra.

"La ciudad donde uno vive, la gente a la que uno quiere, las cosas que nos pasan y forman parte de nuestra historia, los objetos que contribuyen a definir nuestra identidad; lo que pasa, lo que queda; situaciones, imágenes, impresiones, destellos que integran nuestro presente; un presente a todas luces subjetivo; como el recuerdo.

El pliegue y repliegue de los días marca el pulso de nuestra mirada. Mirada que investiga, que recorre y se desliza por la superficie de las cosas; se detiene, penetra, interpreta, vuelve inteligible el infinito mundo que nos rodea.

La mirada es un fuego, un barniz, un conjuro; una trama de posibilidades hechas luz, sentimiento, atracción, belleza. El valor de lo observado, de aquello que la mirada conserva. El valor de lo que el ojo guarda para sí, en esa inaccesible intimidad que es la memoria.

Es así que cada momento es un universo de potencialidades, de direcciones y horizontes alcanzables. Cada bifurcación, una posibilidad y un interrogante; cada paso una certeza más y no por eso una duda menos. El crujido de la buena madera de nuestro ser ardiendo e iluminando, compartiendo su calor; llama que llama y que convoca y que concentra, que agrupa y aglutina".

Manuel Pascual

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